Gas Natural

Inicios de la industria en España

En España, los primeros intentos para obtener gas se remontan a principios del siglo XIX. El día 24 de junio de 1826 se alumbró con el primer farol de gas el laboratorio de la Escuela de Química de la Junta de Comercio de Barcelona. Este experimento fue realizado por el entonces Catedrático de Química Don José Roura. En Madrid, el primer ensayo de alumbrado público tuvo lugar el 2 de marzo de 1832 con motivo del nacimiento de la Infanta Luisa Fernanda, hija de Fernando VII. Más de cien faroles alumbraron el recorrido de la Reina desde el Arco de Palacio al Teatro Príncipe.


Madrid, 1946

Tras este ensayo el interés del Ayuntamiento por implantar el alumbrado público se intensifica y decide convocar un concurso público que culminará con la firma del contrato, en 1833, entre José Viejo Medrano y el propio Ayuntamiento de Madrid. En el año 1841 se firma la escritura pública entre Charles Lebon y el Ayuntamiento de Barcelona, en el que se adjudica al primero el contrato del alumbrado público y particular de la ciudad por medio del gas, siendo el 5 de septiembre de 1842 la puesta en marcha oficial del nuevo alumbrado. Durante el transcurso de lo que resta de siglo, desde que en 1826 se realiza el primer experimento de alumbrado por gas, se llegarán a construir hasta un total de 81 fábricas por todo el territorio español.

La aplicación del gas como fuente de luz y calor se desarrolló aceleradamente debido a la comodidad de transporte a través de tuberías a los puntos de utilización, así como la facilidad de regulación y control de la llama en una época en que todavía no existía la electricidad.

Es interesante señalar la visión anticipada que tuvieron los promotores del gas respecto a lo que llegaría a significar su empleo en un hogar moderno. Philippe Le Bon hizo constar en un folleto de publicidad de 1802: “La llama de gas cocerá vuestros guisos, los cuales, al igual que los cocineros, ya no estarán expuestos a los humos del carbón; secará vuestra ropa y calentará vuestros baños y vuestro hornos, con todas las ventajas económicas que podáis desear”.

El empleo del gas para la cocción de alimentos data de 1856. Treinta años más tarde, los aparatos tenían un diseño parecido a los actuales. El calentador de agua data de 1860 y el primer sistema de calefacción central de 1884. Resumiendo lo expuesto señalaremos que, en principio, el gas que comenzó a utilizarse en las ciudades europeas fue de origen manufacturado, obtenido de la destilación o carbonización de la hulla. Este gas preparó el camino a la posterior utilización del gas natural que tiene, respecto al anterior, las ventajas de no ser tóxico, ser limpio y poder emplearse tal y como se encuentra en la naturaleza.

Formación Geológica

En la tierra, hace millones de años, capas de materia orgánica se fueron depositando en los océanos, bajo estratos de arena que llevaba el viento. Al mismo tiempo, el mar, evaporado por el sol, se convertía en superficies de sedimentos de sal. Las capas sucesivas de microorganismos, renovadas sin cesar, mezcladas con partículas arenosas y arcillosas y restos de organismos vegetales, terminaron por constituir una masa sólida –la roca madre– en la cual, a través de un proceso de descomposición extremadamente lento de las grasas y proteínas de los organismos vivos, empezó a formarse el petróleo y el gas natural.


Yacimiento de gas natural


La condición esencial para que este fenómeno tuviera lugar fue la falta de contacto con el aire. Es por esta razón que, generalmente, los lugares donde se encuentra el gas natural y el petróleo son o bien desiertos o bien mares, debido a la superposición de capas que se sucedían unas sobre otras. Las materias que se formaron –petróleo y gas natural–, cuyas proporciones dependen de la temperatura y presión a que estuvieran sometidas, pugnaban entonces por ascender entre las capas de terreno permeable (poroso), hasta que quedaban aprisionadas bajo una cúpula de terreno impermeable o contra una falla o hendidura rocosa. Así, al acumularse, se formaban los yacimientos, es decir, las bolsas o reservas, que se van descubriendo hoy en día. Cabe hacer aquí una observación: el yacimiento no se presenta nunca bajo forma de un lago subterráneo, como podría imaginarse, sino con el aspecto de una roca porosa, impregnada de estos hidrocarburos. El gas, menos pesado, ocupa la parte superior de la cavidad, llamada “roca almacén”, el petróleo la parte intermedia, y en la parte baja normalmente se encuentra agua salada. Con gran frecuencia se forma una masa de gas encerrada (entrampada) entre el petróleo líquido y las capas rocosas de cierre o sello en una bolsa petrolífera. A grandes presiones el gas se mezcla con el petróleo o se disuelve en él. En conclusión, el gas natural se halla en rocas porosas de la corteza terrestre. Se suele encontrar conjuntamente con yacimientos de petróleo o cerca de ellos. Dado su estado (gaseoso) puede presentarse también solo (en bolsas aparte de las de petróleo): se trata entonces de un yacimiento de gas natural.


Estaciones de producción de GNL

El gas natural es, hoy en día, una fuente de energía que circula bajo el suelo de la mayor parte de ciudades del mundo civilizado, aporta el máximo confort doméstico y provee a la industria de la energía necesaria. Son pocas las personas que ignoran el uso del gas como combustible, ya que su utilización se ha hecho imprescindible prácticamente en todos los hogares. Recordemos que el gas natural es una energía limpia, que es la menos contaminante de las energías de procedencia fósil, no deteriora la naturaleza y tampoco estropea los paisajes y lugares por los que atraviesan sus conducciones, puesto que se transporta por canalizaciones subterráneas.



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